Lenguaje políticamente correcto. ¿Hasta qué punto?
El lenguaje eufemístico forma parte de la cortesía verbal. El eufemismo consiste en hablar bien (del griego eu ‘bueno, agradable’ y pheme ‘habla’), en evitar expresiones malsonantes y utilizar otras palabras más adecuadas a una situación determinada que signifiquen lo mismo.
La definición que hace la RAE sobre eufemismo es la siguiente:
Hay expresiones o palabras referidas por ejemplo al sexo o a ciertas partes del cuerpo que en público quizás se denominen de otra forma a como lo hacemos en privado.
La definición que hace la RAE sobre eufemismo es la siguiente:
(Del lat. euphemismus, y este del gr. εὐφημισμός).
1. m. Manifestación suave o decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante.
Hay expresiones o palabras referidas por ejemplo al sexo o a ciertas partes del cuerpo que en público quizás se denominen de otra forma a como lo hacemos en privado.
El caso más extremo de palabras obscenas o malsonantes son aquellas que se identifican normalmente como palabras tabú: palabras que en algunas sociedades y culturas estaban radicalmente prohibidas. El tabú lingüístico recibe también el nombre de interdicción de vocabulario y tiene su origen en las sociedades primitivas. E. Coseriu lo define como "el fenómeno por el cual ciertas palabras relacionadas con supersticiones y creencias se evitan y se sustituyen por préstamos, eufemismos, circunlocuciones, metáforas, antífrasis, etc." La mayoría de las veces estas expresiones se prohibían porque permanecía la creencia de que las palabras producían las realidades que designaban, como por ejemplo el Maligno, la enfermedad (en nuestra sociedad actual el mejor ejemplo puede ser cáncer) o la muerte podía atraerlas o hacerlas presentes. La esfera más conocida de este tipo de interdicción es la religiosa. Así, se eluden -como ya he mencionado- nombres que designan seres sobrenaturales como el demonio y el nombre de Dios en vano, por ejemplo). Se trata pues de una identificación total del nombre con la cosa significada. Pero todas esas prohibiciones dependen de la época y de la cultura determinadas. Así por ejemplo, aparecieron los siguientes eufemismos:
- El Maligno. Se comenzaron a utilizar expresiones interjectivas en zonas rurales debido a la prohibición de la tradición católica de nombrar directamente a este, como ¡diaño!, ¡diantre! o ¡demoño!.
- La muerte. En su lugar, se suelen utilizar expresiones como expirar, fenecer, pasar a mejor vida, írsenos los seres queridos, etc.
Según M. Alonso Moya (1978), "el concepto de tabú se ha extendido enormemente, con el paso del tiempo, a otros campos que inicialmente no le correspondían; es decir, ha trascendido de lo simplemente religioso -la esfera de lo desconocido o del peligro- a una larga serie de facetas de la vida social".
Con el paso del tiempo los eufemismos se van renovando, pues a veces adquieren el mismo sentido malsonante que se quería evitar y se tienen que crear otros nuevos. Esto ocurre cuando el eufemismo llega a suplantar al término obsceno en la lengua y, al convertirse en la mención directa de dicha realidad, se le asocian unos valores o connotaciones que la colorean. Un claro ejemplo de esto es el lugar destinado para defecar: retrete, excusado, lavabo, baño, servicio, toilete, aseo... Digamos que en el caso de retrete no es una palabra que actualmente consideremos un eufemismo, pues nombra una realidad de forma desagradable.
Por eso se dice que los eufemismos son palabras de usar y tirar. Pero el hecho de que un eufemismo desaparezca como tal y se convierta o no en un término que nombra la realidad concreta tiene mucho que ver con el uso que hagamos de este. Por ejemplo, algunas connotaciones negativas de palabras, se encuentran en frases hechas como trabajar como un negro, esto es un trabajo de chinos, te ha mirado un cojo o un tuerto, ponerse ciego, etc.
El uso de un lenguaje políticamente correcto no podría cambiar la forma de pensar de los destinatarios. Esto es, cada persona crea su ideología y una forma de ver la realidad, el lenguaje no se puede imponer. Por lo tanto habrá personas que tanto en un ámbito privado como en uno público optarán por utilizar términos eufemísticos. En cambio, otras utilizarán expresiones eufemísticas en espacios públicos y en la intimidad utilizará palabras que para ellas son más naturales pero resultarían malsonantes en determinadas situaciones.
Fuentes
Imagen: Google Images
Bibliografía:
Otros:
Por eso se dice que los eufemismos son palabras de usar y tirar. Pero el hecho de que un eufemismo desaparezca como tal y se convierta o no en un término que nombra la realidad concreta tiene mucho que ver con el uso que hagamos de este. Por ejemplo, algunas connotaciones negativas de palabras, se encuentran en frases hechas como trabajar como un negro, esto es un trabajo de chinos, te ha mirado un cojo o un tuerto, ponerse ciego, etc.
El uso de un lenguaje políticamente correcto no podría cambiar la forma de pensar de los destinatarios. Esto es, cada persona crea su ideología y una forma de ver la realidad, el lenguaje no se puede imponer. Por lo tanto habrá personas que tanto en un ámbito privado como en uno público optarán por utilizar términos eufemísticos. En cambio, otras utilizarán expresiones eufemísticas en espacios públicos y en la intimidad utilizará palabras que para ellas son más naturales pero resultarían malsonantes en determinadas situaciones.
Fuentes
Imagen: Google Images
Bibliografía:
- MARTÍNEZ, JOSÉ A. (2008), El lenguaje de género y el género lingüístico, Oviedo, Ediciones de la Universidad de Oviedo
- LECHADO GARCÍA, JOSÉ M. (2000), Diccionario de eufemismos y de expresiones eufemísticas del español actual, Madrid, Editorial Verbum
- CASAS GÓMEZ, M. (1986), La interdicción lingüística: mecanismos del eufemismo y disfemismo, Cádiz, Universidad de Cádiz
Otros:
- RAE
- BLOG DE ALBERTO BUSTOS PLAZA (2010), Palabras de bits palabras de tinta, Madrid/ Cáceres, Lengua-e
Publicado por: Beatriz Díaz Castellano
No hay comentarios:
Publicar un comentario